martes, 7 de febrero de 2012

Versos per Versos

“Versos per versos”
Pre Logos

El tema mismo de los versos perversos no alude a la supuesta perversidad de su creador. Tal vez tampoco se dirija a la musa – incidental – que los inspirara. Se trata de un juego de palabras en el que la partícula Per; por, en latín, engaña al oído. Eso tampoco significa ni quiere decir que no haya en estos, versos, por llamarlos de alguna forma, alguna velada o clara suma de perversidad poética.

Al contemplar el arte cometemos el pecado original de buscar entre la obra al autor. Wilde recomienda que “mostrar la obra y ocultar al artista debe ser la suprema aspiración del arte”. Pero la tarea es inevitable, y si, estos falsos poemas son creación vivencial de quien esto escribe. Responsablemente.

Esta colección fatal y perniciosa de 69 poemastros no respeta la rima española tradicional, insistimos en que mucho sentimiento se perdió y se quedó en el tintero para siempre, porque los creadores adoptaron rigurosamente la forma del recipiente que le dictaba la versificación poética. Esto es un crimen de lesa creación artística. El artista debe crear con entera libertad. Con razón la versificación española nace durante los oscuros siglos de la Edad Media, cuando estaba prohibido pensar con cabeza propia, se debía creer lo que decía la autoridad eclesiástica y caminar todos, como caballos, con las orejeras puestas que el Imperio Vaticano ordenara.

Son poemas muy personales, una especie de biografía sentimental para matar neuronas, donde narramos el día a día de un amor imposible. Seguimos creyendo que los grandes amores son los imposibles porque los demás perecen en su propia consumación. Ese amor, correspondido a medias, con verdaderos momentos de “apologías y rechazos” lo viví o mas bien lo desviví hace poco tiempo. Apenas me estoy lamiendo las heridas y como aficionado a confesar mí yo mas interno a las pobres páginas en blanco, cometí el exceso y la desconsideración de grabar estos incidentes del corazón y el alma, en estos malos, falsos y perversos versos.
Aquí los tenéis.
Washington, DC
En enero de 2011
A la distancia

A la distancia te ven mis ojos,
Te distinguen entre la masa humana
Huelen tus formas, tocan tu aliento.

Puedo verte en ausencia y crearte,
Tallar tu cuerpo, tu esqueleto de una de mis costillas
Y darle aliento de vida al toque de mi mente.

En ese encuentro te siento tan mía
Como se rueda una lágrima
Como se mata una pena,
Como se suda un dolor.

Entonces corro a tocarte
A conversar contigo
A ser el mismo alegre y juguetón de siempre
A empacar tu alma en mis bolsillos.

Pero no es posible este imposible:
No se puede atrapar a la materia
En el lazo inútil del pensamiento,
No te puedo alcanzar, estas muy lejos.










Te espero

Te espero, aquí sentado al borde de tu camino,
No es asunto de destinos
Sino de matar segundo a segundo
El calendario.

No es asunto de contar ovejas,
De conejillos de indias ni de ensayos,
Es ver tus pisadas en el fango
Y tratar de enmarcar allí mis huellas.

Esperarte es, mujer, ensartar promesas
Pintar de verdes esperanzas soledades,
Y creer tenerlo todo aun sin nada.

Esperarte es contar las olas
Una por una, del incansable mar,
Vaciar una por una las cisternas del dolor
Y aun así sentirse feliz en las esperas,
Esperarte es esperar a que tú puedas,
A que podamos al fin, queriendo tanto.












Como será el amarte

Como será el amarte,
La preciosa dicha de la entrega
El quererte, mi bien, a manos llenas.

Cuales serán tus fríos, tus temblores
Tus quejidos al momento sublime de la entrega,
Cuáles han de ser de mi cuerpo los fragores
Y cual la dulzura sutil del beso tuyo.

Como será de tu piel el arrullo
La grandeza del abrazo de la entrega,
El toque vacilante de tus manos
Al caer vencida en pasión ciega.

Cuál será el delirio tuyo
La prisa mía y la impaciencia,
Por quebrar presuroso tus velos,
Para arrastrarte tiernamente hasta mis cielos.

Como será el altar de nuestra ofrenda
Cual la apagada e intrusa luz de mi cobijo
Y cual la dulce muerte del final.

Como se verán tus ojos vencidos y felices
Mientras duermes tan especial sueño,
Mientras fallezco ahí, al lado tuyo.






Eternidad

Desde el siglo y hasta el siglo
Desde antes de los perdidos años
Desde el momento grato del encuentro,
Buscaba ansioso tus latidos.

Quien eras, donde estabas, no sabía
Por que atribulados pasos conducías
La venturosa nave de tu vida.

Por donde navegaba tu existencia
Cuáles eran los mares a tu paso
En cada una de las sendas recorridas.

Por donde iban tus rutas en mi espera
Cual el andén del tren, tus estaciones
Y cuales tus paradas y temores,

Hasta aquel momento especial del encuentro
Cuando nuestra vidas se juntaron
Para no despedirse jamás, juntos por siempre.












No me digas

No me digas que no sueñe
Que no diga,
Que no acaricie
Que no quiera halar el carro del tiempo.

No prohíbas la maqueta de nuestro futuro
El hilo de esperanza que me ata al sueño,
La extendida cadencia de la espera.

No me digas que espere y desespere
Que le mendigue prisas al tiempo
Que le robe paz al pensamiento
No me pidas paciencias ni quimeras
Y ayúdame a esperar al lado mío.


















Abre tus Manos

Abre tu Corazón, abre tus manos
Para que pueda respirar tu aire y beber de tus aguas,
Abre tus manos prodigas de amor y de vendimia
Y deja caer en las mías, una por una las uvas de tu gracia.

Exprime uno por uno los racimos y dame
Dame de beber tus vinos amorosos,
Dame de beber la sed de tus aguas
Y la perfumada rosa de tu vida.

Déjame comer de tus mejillas, de tu talle
Esparcir mis nieves en tus pieles
Para que el viento no me alcance.

Dame de comer en tus manos amorosas
Quítale al sol el brillo con tus ojos
Y que no me falte tu luz en el camino,
Y que no me falte tu luz en el camino
Para qué quiero yo luz, si vas conmigo.














Algo menos que nada

Entre los dos esta la nada, el cero
Asistimos a un teatro sin butacas ni escenario
A fuentes sin aguas ni monedas de sueño.

Nos une el aire enrarecido de la nada
O menos que nada mejor dicho,
Nuestras pasiones son huecas
Y nuestras manos se tocan apenas.

No hay un papel, no hay un contrato
Ni siquiera una pasión inocente,
Solo la profunda soledad de estar uno junto al otro.

Vivimos como dos espejos fríos,
Como piedras paralelas del mismo río
Que huyen con el cauce sin importarle adonde.

Si tuviéramos la nada estaríamos conformes
Habría la esperanza, la triste espera,
Pero entre los dos nada, ni siquiera nada,
Solo algo que es menos que nada.

Entre los dos hay un rotundo vacío
Un hueco mortal de esperanzas
Un humo sutil nos quema.

Y como no tenemos nada, nada somos en el otro
No miramos al mismo horizonte,
Ni nos despierta el mismo pájaro cantor.
Nada, nada, nadie. Nada

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