jueves, 17 de octubre de 2013

Globalidades
La Isla aísla”

La condición de insularidad bien puede ser una ventaja o desventaja. La globalización, o mundialización como aconsejan los franceses, es un fenómeno que comenzó en las grandes masas continentales de Estados Unidos y Europa, para extenderse por contagio, influencia o necesidad, en las islas de la periferia mundial. El mismo nombre de isla, da a entender aislacionismo, separación, insularidad, carácter satelital. Esta misma connotación tiene el término si se aplica tanto a la sociología, a la geografía física y a la geopolítica. Igual pasa si se las valora o evalúa con el cristal de la geoestrategia, que es, como sabéis, la gestión estratégica de los recursos geopolíticos.

Las islas geográficas son vistas como naciones o estados de menor cuantía e interés. El tamaño del territorio de cada Estado Nación es una de las variables históricas del interés nacional y sigue siendo así. El tamaño de las naciones, los territorios que conserva bajo su dominio y soberanía, siguen y seguirán siendo una razón de peso, habida cuenta de que no se debe pensar en naciones como un solo bloque territorial y geográfico, sino como un mapa geopolítico de influencia y dominación, el ejemplo mas claro son los Estados Unidos de América, que tiene bases militares, países cooptados, países ocupados y otras formas de penetración e influencia, en todo el globo terrestre, el espacio sideral y aguas internacionales.

Además de tener dividida la superficie global en Comandos regionales o continentales bajo su control y dominio militar, además del Cybercommand. Ninguna nación tiene capacidad semejante de mover grandes cantidades de tropas, equipo bélico y armamentos a cualquier punto del globo tan rápidamente como ellos.

Un hombre de aguda inteligencia como el Presidente General Ulises Hereaux Lebert, declaró pocos meses antes de su muerte:”Para poner un caldero en un fogón, se necesitan tres piedras. Después de mi vendrán los gringos, que ya tienen a Puerto Rico y a Cuba” Esa fue una lección de geopolítica de Lilís, dada la ubicación de las cuatro grandes Antillas y el interés de expansionismo y neocoloniaje de los Estados Unidos. Del apoyo brindado a Cuba en la guerra con España, potencia europea desgastada desde finales del Siglo XIX, obtuvieron, y conservan aun, la Base de Guantánamo.

De estos hechos se desprende que las islas tienen una gran importancia geoestratégica para las potencias mundiales porque permiten, por ser pequeñas precisamente, ser compradas, ocupadas, obtenidas por intercambio o tratados internacionales o ponerlas bajo la tutela de una nación, para ser utilizadas como cabeza de playa, y como avanzada imperial por su interés militar y estratégico, en la aplicación de la doctrina del Pentagonismo, por ejemplo. El Almirante Marshall Mckinder es aparentemente el arquitecto de la frase “Isla Continental”, refiriéndose a Eurasia, que es la mayor extensión de terreno del planeta;  y se atrevió más Karl Haushofer, teórico o compilador de la doctrina del Liebensraum o “espacio vital” del Nacionalsocialismo, a referirse a una supuesta Isla Mundial. Geopolítica es geografía, fundamentalmente.

El hecho es que la condición insular agrede y condiciona hasta a las manifestaciones del arte mismo. El hecho de ver nuestro carácter insular como un obstáculo para el desarrollo de muchas actividades productivas o artísticas, amen de lo geopolítico, tal vez está llamado a desaparecer gracias a tres factores condicionantes y recientes: a) la revolución de las tecnologías de la información y las comunicaciones, b) al peso del comercio electrónico y c) a una apertura de los mercados globales sin precedentes en la historia.

Una isla por lo general no tiene fronteras terrestres, ello no quiere decir que no las haya con fronteras de esta clase. El caso nuestro, de la cohabitación con Haití en poco mas de setenta y dos mil kilómetros cuadrados de superficie es un ejemplo; el caso de Timor Oriental, es otro.

La insularidad o condición de Isla no debe ser motivo de aislacionismo. Lo que ha traído la postmodernidad como fenómeno geopolítico, económico y comercial es la apertura e integración no solo de mercados, sino la incorporación de los Estados - Islas a los grandes bloques continentales, sin moverse por supuesto de su lugar geográfico. El mapa geopolítico del mundo nunca ha de coincidir con el mapa de geográfico ni con el de los bloques comerciales. Dos doctrinas han facilitado el cambio: La post keynesiana en la economía y el comercio y la doctrina post Westfaliana en las relaciones internacionales.

Ya en plena integración en un proceso de cerca de dos décadas, el mundo de la actualidad tiene una nueva cara y una nueva cultura geopolítica, luego de la desintegración de los dos grandes bloques ideológicos de la guerra fría. Tampoco el mapa político coincide con el mapa cultural de de una civilización específica. Así sucede con el África, cuyo mapa político fue diseñado, mediante cortes de tijera, por las grandes potencias europeas coloniales, dividiendo, y aislando, comunidades de identidad étnica, cultural, política y religiosa compartidas por siglos, lo que ha traído grandes matanzas y “limpiezas étnicas”.

La globalización y la revolución tecnológica han derrumbado las fronteras tradicionales y las barreras legales han caído al suelo por los tratados de libre comercio y la integración de bloques comerciales, y de intercambio e intereses comunes. También se han creado organizaciones o alianzas no formales, como el caso de los países del BRIC, cuatro naciones muy distantes cultural y geográficamente, pero cercanas por sus propósitos e intereses nacionales: Brasil, Rusia, India y China. La Isla no aísla.








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