martes, 13 de noviembre de 2007

GUERRA BACTERIOLOGICA: LOS SOLDADOS DE PROBETA
HISTORIOFAGIA
Uno de los peligros que acechan al mundo actual es no solo el empleo de armas de guerra convencionales, portaaviones, misiles, tanques, proyectiles, sino el empleo con fines de armas de destrucción masiva de virus de enfermedades y bacterias letales, dejados en libertad o esparcidos sobre ciudades enteras, que tendría un efecto mortífero en miles o millones de personas según la cantidad de arma biológica utilizada.
Esas armas, o más bien esos virus y esporas, pueden ser desarrollados en laboratorios a un costo muy bajo, transportados por suicidas a quienes no les importa morir en la operación y esparcidos en los cielos de las ciudades o edificaciones que sean objetivo de los ataques terroristas. La advertencia no seria posible porque los agentes biológicos estarían en el aire tomándose su tiempo para incubarse en el organismo y hacer su efecto mortífero, comenzaría a llenarse las salas de urgencias de los enfermos con los primeros síntomas, se dudaría en diagnosticar porque, el ántrax, por ejemplo da iguales síntomas que la gripe o influenza. Ante el número alarmante de casos se comenzará, tímidamente, manejado por burócratas que no quieren alarmar a la población y afectar sus actividades normales dando alarmas que puedan resultar falsas y dañar seriamente la economía, a dar alerta general ante un posible ataque bacteriológico.
Las grandes metrópolis se convertirían en un verdadero caos apocalíptico, la gente correría de un lado a otro y se exacerbaría el sentido de terror a enfermarse, esa fobia que es, mas común de lo que se piensa. Los ciudadanos tendrían poco que hacer, no todos tienen máscaras, no hay máscaras para todos y no se puede vivir sin máscara, pero tampoco se puede vivir con ella las veinticuatro horas .Las máscaras que vemos en todas las demostraciones de expertos en desastre así como los trajes y los guantes, no traen tamaño para niños, parece que solo quieren sobrevivientes adultos.
Las ciudades se convertirían en zonas de guerra con un enemigo invisible que no matan las balas ni los misiles. Faltaría solidaridad de la gente para correr el riesgo de contaminación por contacto o inhalación de esporas o virus. Verían morir a sus parientes, amigos y vecinos sin prestarles ayuda, la profesión de médico paramédico o socorrista estaría a prueba ante el reto gigantesco de socorrer los ciudadanos infectados .Las ciudades atacadas se convertirían rápidamente en un hospital y posteriormente en un gran cementerio. Dante globalizado.
EL USO DE ARMAS QUIMICAS
Los atentados del 11 de septiembre de 2001 en el World Trade Center de Nueva York y el Pentágono, demostraron al mundo y a las propias agencias de seguridad nacional que tan vulnerables eran los Estados Unidos ante el terrorismo enquistado en sus propias entrañas. Ante todo fallo se impone revisar el sistema. Esa revisión, probó desde antes del informe final de la comisión que investigó los atentados, que las agencias de investigación y seguridad nacional sabían que habría un ataque, incluso se tenia grabación de conversaciones telefónicas de terroristas mencionando algo peor que Hiroshima y Nagasaki, pero en Nueva York. Lo que probó la efectividad de esos atentados que cobraron mas de tres mil víctimas de setenta y ocho nacionalidades, es que las agencias de seguridad no compartieron información de inteligencia que seria valiosa sino para prevenir para retardar o impedir por un tiempo, que se realizara tan exitosamente una catástrofe como esa a tan bajo costo para los terroristas y con un daño humano y económico como el que produjo, esto aparte del impacto psicológico a escala mundial.
Pero los investigadores del 911 no descartaron la presencia combinada en esos atentados, de armas químicas, por lo que antes del mediodía, luego del desplome de las torres, fueron enviados a la hoy zona cero, veintidós expertos en investigación bacteriológica de la Guardia Nacional de Nueva York llegaron desde su sede en Scotia, N.Y. para tratar de detectar la presencia de virus o esporas letales de ántrax, botulismo , agente VX o cualquier otra amenaza de laboratorio que haya sido esparcida en los alrededores. El Metro de la ciudad estaba en alerta máxima, se interrumpió el servicio, así como se detuvo la aviación comercial, doméstica, turística o de cualquier tipo así como el movimiento de barcos de carga, cruceros o botes privados en el muelle, mientras que los aeropuertos eran zona de caos general, mientras que las salas de urgencia de los hospitales de Manhattan no daban abasto con la demanda de urgencias no solo de heridos sino de personas de cualquier edad en estado de shock que habían sido evacuados de los edificios vecinos.
Con el empleo de armas biológicas en los ataques del nueve once el impacto no terminaría con el desplome de las torres, sino que seria mucho más duradero y demoledor, porque las esporas del material o los materiales empleados, en caso de haberse usado, cosa que no se descarta todavía, seguirían en el ambiente como un asesino invisible.
Esa posibilidad fue sostenida por los investigadores junto a los valientes bomberos de la ciudad que no estaban protegidos con equipo antibacterial al inicio de las operaciones de rescate y salvamento, por el hecho de que entre 1990 y 1997, el número de investigaciones criminales en los Estados Unidos que involucraban armas bacteriológicas, se duplicó.
En 1997, 22 de los 74 casos investigados, es decir, un 30 por ciento tuvieron agentes bacteriológicos involucrados y en 1998, 112 de 181 investigaciones de casos criminales, un 62 por ciento, involucraron materiales bacteriológicos.
Los más factibles de ser afectados con un ataque de agentes bacteriológicos seria la población y los animales. Dada la circunstancia de que los materiales y bases para desarrollar y cultivar armas biológicas son de bajo costo y se desarrollan legalmente por laboratorios de biomedicina que desarrollan medicamentos y vacunas contra esa mismas enfermedades u otro tipo de enfermedades. En 1996, en Ohio un hombre fue hallado culpable de comprar esporas de peste bubónica por correo con fines de contaminar la ciudad.
Los agentes biológicos pueden ser esparcidos lanzándolos al aire, se pueden contaminar también por contacto directo por heridas abiertas, rasguños, agua contaminada, alimentos u otros medios. Se han realizado varios ejercicios de simulacro en instalaciones publicas y privadas de los Estados Unidos, incluso después del 911, que demostraron que esa gran nación no esta preparada todavía para soportar o manejar la crisis que desataría un ataque bacteriológico masivo, tomando en cuenta lo difícil que seria prevenir la contaminación evitando contacto o inhalación, recibir y atender miles o cientos de miles de urgencias medicas de repente o de manera creciente y evacuar los ciudadanos adecuadamente con el riesgo de que sean propagadores o agentes multiplicadores del o de los agentes letales en los lugares donde sean llevados , esto , junto al efecto psicológico de paranoia y pánico colectivo que podría generar un ataque con virus letales.
Según el Centro de Prevención y Control de Enfermedades, Center for Disease Control And Prevention, CDC, por sus siglas en Ingles, los agentes biológicos constituyen un grave riesgo para la seguridad nacional estadunidense por tener un alto impacto en los sistemas de salud de la población, por lo que se impone un mayor destino de fondos para personal, equipo y tecnología para cada ciudadano así como la información necesaria y oportuna para sobrevivir a un posible ataque masivo.

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